domingo, mayo 31, 2020

No quiero que te vayas dolor



No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue.

En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.

Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.

Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.

Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.

La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.

Pedro Salinas

Pedro Salinas

Estoy triste y mis ojos no lloran






Estoy triste, y mis ojos no lloran
y no quiero los besos de nadie;
mi mirada serena se pierde
en el fondo callado del parque.

¿Para qué he de soñar en amores
si está oscura y lluviosa la tarde
y no vienen suspiros ni aromas
en las rondas tranquilas del aire?

Han sonado las horas dormidas;
está solo el inmenso paisaje;
ya se han ido los lentos rebaños;
flota el humo en los pobres hogares.

Al cerrar mi ventana a la sombra,
una estrella brilló en los cristales;
estoy triste, mis ojos no lloran,
¡ya no quiero los besos de nadie!

Soñaré con mi infancia: es la hora
de los niños dormidos; mi madre
me mecía en su tibio regazo,
al amor de sus ojos radiantes;

y al vibrar la amorosa campana
de la ermita perdida en el valle,
se entreabrían mis ojos rendidos
al misterio sin luz de la tarde...

Es la esquila; ha sonado. La esquila
ha sonado en la paz de los aires;
sus cadencias dan llanto a estos ojos
que no quieren los besos de nadie.

¡Que mis lágrimas corran! Ya hay flores,
ya hay fragancias y cantos; si alguien
ha soñado en mis besos, que venga
de su plácido ensueño a besarme.

Y mis lágrimas corren... No vienen...
¿Quién irá por el triste paisaje?
Solo suena en el largo silencio
la campana que tocan los ángeles.


Juan Ramón Jiménez

Momentos felices



Cuando llueve y reviso mis papeles, y acabo
tirando todo al fuego: poemas incompletos,
pagarés no pagados, cartas de amigos muertos,
fotografías, besos guardados en un libro,
renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
soy fúlgido, engrandezco justo en cuanto me niego,
y así atizo las llamas, y salto la fogata,
y apenas si comprendo lo que al hacerlo siento,
¿no es la felicidad lo que me exalta?

Cuando salgo a la calle silbando alegremente
—el pitillo en los labios, el alma disponible—
y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
salpican la alegría que así tiembla reciente,
¿no es la felicidad lo que se siente?

Cuando llega un amigo, la casa está vacía,
pero mi amada saca jamón, anchoas, queso,
aceitunas, percebes, dos botellas de blanco,
y yo asisto al milagro —sé que todo es fiado—,
y no quiero pensar si podremos pagarlo;
y cuando sin medida bebemos y charlamos,
y el amigo es dichoso, cree que somos dichosos,
y lo somos quizá burlando así la muerte,
¿no es la felicidad lo que trasciende?

Cuando me he despertado, permanezco tendido
con el balcón abierto. Y amanece: las aves
trinan su algarabía pagana lindamente:
y debo levantarme pero no me levanto;
y veo, boca arriba, reflejada en el techo
la ondulación del mar y el iris de su nácar,
y sigo allí tendido, y nada importa nada,
¿no aniquilo así el tiempo? ¿No me salvo del miedo?
¿No es la felicidad lo que amanece?

Cuando voy al mercado, miro los abridores
y, apretando los dientes, las redondas cerezas,
los higos rezumantes, las ciruelas caídas
del árbol de la vida, con pecado sin duda
pues que tanto me tientan. Y pregunto su precio,
regateo, consigo por fin una rebaja,
mas terminado el juego, pago el doble y es poco,
y abre la vendedora sus ojos asombrados,
¿no es la felicidad lo que allí brota?

Cuando puedo decir: el día ha terminado.
Y con el día digo su trajín, su comercio,
la busca del dinero, la lucha de los muertos.
Y cuando así cansado, manchado, llego a casa,
me siento en la penumbra y enchufo el tocadiscos,
y acuden Kachaturian, o Mozart, o Vivaldi,
y la música reina, vuelvo a sentirme limpio,
sencillamente limpio y pese a todo, indemne,
¿no es la felicidad lo que me envuelve?

Cuando tras dar mil vueltas a mis preocupaciones,
me acuerdo de un amigo, voy a verle, me dice:
«Estaba justamente pensando en ir a verte».
Y hablamos largamente, no de mis sinsabores,
pues él, aunque quisiera, no podría ayudarme,
sino de cómo van las cosas en Jordania,
de un libro de Neruda, de su sastre, del viento,
y al marcharme me siento consolado y tranquilo,
¿no es la felicidad lo que me vence?

Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
pasar por un camino que huele a madreselvas;
beber con un amigo; charlar o bien callarse;
sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
mirarme en unos ojos que nos miran sin mancha,
¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
¿no es la felicidad que no se vende?

Gabriel Celaya

Gabriel Celaya

sábado, mayo 30, 2020

Cantar



Es la casa un palomar
Y la cama un jazminero.
Las puertas de par en par
y en fondo un mundo entero,

El hijo, tu corazón
madre que se ha engrandecido.
Dentro de la habitación
todo lo que ha florecido.

El hijo te hace un jardín,
y tú has hecho al hijo, esposa,
la habitación del jazmín,
el palomar de la rosa.

Alrededor de tu piel
ato y desato la mía.
Un mediodía de miel
rezumas: un mediodía.

¿Quién en esta casa entró
y la apartó del desierto?
Para que me acuerde yo
alguien que soy yo y ha muerto.

Viene la luz más redonda
a los almendros más blancos.
La vida, la luz se ahonda
entre muertos y barrancos.

Venturoso es el futuro,
como aquellos horizontes
de pérfido y mármol puro
donde respiran los montes.

Arde la casa encendida
de besos y sombra amante.
No puede pasar la vida
más honda y emocionante.

Desbordadamente sorda
la leche alumbra tus huesos.
Y la casa se desborda
con ella, el hijo y los besos.

Tú, tu vientre caudaloso,
el hijo y el palomar.
Esposa, sobre tu esposo
suenan los pasos del mar.

Miguel Hernández

Olga Manzano y Manuel Picón

martes, mayo 26, 2020

Canción última





Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

Miguel Hernández

Joan Manuel Serrat

Inés Fonseca

Niño de Elche

domingo, mayo 24, 2020

Cementerio en la ciudad



Tras de la reja abierta entre los muros,
La tierra negra sin árboles ni hierba,
Con bancos de madera donde allá en la tarde
Se sientan silenciosos unos viejos.
En torno están las casas, cerca hay tiendas,
Calles por las que juegan niños, y los trenes
Pasan al lado de las tumbas. Es un barrio pobre.

Como remiendos de las fachadas grises,
Cuelgan en las ventanas trapos húmedos de lluvia.
Borradas están ya las inscripciones
De las losas con muertos de dos siglos,
Sin amigos que les olvide, muertos
Clandestinos. Mas cuando el sol despierta,
Porque el sol brilla algunos días de junio,
En lo hondo algo deben sentir los huesos viejos.

Ni una hoja ni un pájaro. La piedra nada más. La tierra.
¿Es el infierno así? Hay dolor sin olvido,
Con ruido y miseria, frío largo y sin esperanza.
Aquí no existe el sueño silencioso
De la muerte, que todavía la vida
Se agita entre estas tumbas, como una prostituta
Prosigue su negocio bajo la noche inmóvil.

Cuando la sombra cae desde el cielo nublado
Y el humo de las fábricas se aquieta
En polvo gris, vienen de la taberna voces,
Y luego un tren que pasa
Agita largos ecos como bronce iracundo.

No es el juicio aún, muertos anónimos.
Sosegaos, dormid; dormid, si es que podéis.
Acaso Dios también se olvida de vosotros

Luis Cernuda

Luis Cernuda

Aniversario del nacimiento de Federico García Lorca



El 5 de junio del año 1898 nacía en Fuentevaqueros (Granada - España) el que iba a convertirse en uno de los mejores poetas y dramaturgos de todos los tiempos. No solo de la Literatura en español, sino de la Literatura Universal.
Fue asesinado en los comienzos de la Guerra Civil Española a la edad de 38 años.
¿Qué no le quedaba por aportar a nuestra Literatura?
A pesar de su juventud, de los pocos años en los que pudo ejercer la escritura, nos dejó una enorma colección de poemas, obras de teatro, ensayos...
Con seguridad, en muchas partes del mundo, se van a realizar acitividades relacionadas con el aniversario de su nacimiento.
En mi grupo de amigos, me han pedido que haga una selección de obras ordenadas, de alguna manera, por dificultad.
Es complicado.
Porque la dificutad puede referirse al lenguaje empleado, a la profundidad o complejidad de lo que se quiere expresar, a la longitud del poema...
Y no es lo mismo si lo que queremos es leer el poema o aprenderlo de memoria para recitarlo.
De todas formas, vamos a hacer un recopilatorio intentando organizarlo de alguna manera.
Para empezar, ahora mismo hay en la APM 64 obras de FGL.
De estas 64, he seleccionado 44, eliminando o dejando a un lado, aquellas obras que son fragmentos o combinaciones de varias otras, o que se me han pasado...
Las primeras son francamente sencillas pero no por ello menos geniales.
¿Cuál vas a elegir?
Estaría bien que con uno de estos poemas participases en nuestro #amamoslapoesía
  1. Canción tonta
  2. No te pude ver
  3. Despedida
  4. Cazador
  5. Sorpresa
  6. Es verdad
  7. Adelina de paseo
  8. El silencio
  9. Herido de amor
  10. La zapatera prodigiosa 
  11. El lagarto está llorando
  12. Agua, ¿dónde vas? 
  13. Canción del gitano apaleado
  14. Y después
  15. Romance de la luna, luna
  16. Córdoba
  17. Canción del jinete
  18. Mi niña se fue a la mar
  19. Arbolé, arbolé
  20. La casada infiel 
  21. Soneto de la guirnalda de rosas
  22. Casida de la muchacha dorada
  23. Casida de la mujer tendida
  24. Soneto de la dulce queja 
  25. Canción del naranjo seco
  26. Pero tú has de venir
  27. La guitarra
  28. Adán
  29. Ay voz secreta del amor oscuro
  30. Murió al amanecer
  31. El poeta pide a su amor que le escriba
  32. Gacela del amor desesperado
  33. Gacela del amor imprevisto
  34. Romance de la Guardia Civil Española
  35. Salutación elegíaca a Rosalía de Castro
  36. Romance de la talabartera
  37. Canción de la mariposa
  38. Casida de los ramos
  39. Oda a Walt Whitman
  40. La aurora de Nueva York 
  41. Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías
    1. La cogida y la muerte
    2. La sangre derramada
    3. Cuerpo presente
    4. Alma ausente

Oda al tomate



La calle
se llenó de tomates,
mediodía,
verano,
la luz
se parte
en dos
mitades
de tomate,
corre
por las calles
el jugo.
En diciembre
se desata
el tomate,
invade
las cocinas,
entra por los almuerzos,
se sienta
reposado
en los aparadores,
entre los vasos,
las mantequilleras,
los saleros azules.
Tiene
luz propia,
majestad benigna.
Debemos, por desgracia,
asesinarlo:
se hunde
el cuchillo
en su pulpa viviente,
es una roja
víscera,
un sol
fresco,
profundo,
inagotable,
llena las ensaladas
de Chile,
se casa alegremente
con la clara cebolla,
y para celebrarlo
se deja
caer
aceite,
hijo
esencial del olivo,
sobre sus hemisferios entreabiertos,
agrega
la pimienta
su fragancia,
la sal su magnetismo:
son las bodas
del día,
el perejil
levanta
banderines,
las papas
hierven vigorosamente,
el asado
golpea
con su aroma
en la puerta,
es hora!
vamos!
y sobre
la mesa, en la cintura
del verano,
el tomate,
astro de tierra,
estrella
repetida
y fecunda,
nos muestra
sus circunvoluciones,
sus canales,
la insigne plenitud
y la abundancia
sin hueso,
sin coraza,
sin escamas ni espinas,
nos entrega
el regalo
de su color fogoso
y la totalidad de su frescura.
Pablo Neruda

Jorge Drexler

A mi hermano Miguel


In memoriam
Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,
donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: «Pero, hijos…»
Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores,
después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.
Oye, hermano, no tardes
en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.

César Vallejo

Mercedes Sosa

sábado, mayo 23, 2020

Poema de la ausencia



Te seguiré esperando
a que regreses,
no cerraré la puerta,
la puerta de mi casa.

No cerraré la puerta,
la puerta de mi casa.
Lo último que se pierde
es siempre la esperanza.

Cubriré con mis manos
el fuego que se apaga,
la lluvia que entorpece
tu voz en la mañana.
Cubriré con mis labios
tu rostro en la ventana,
todavía impregnando
tu ausencia desolada.

Nunca querré pensar
que tu regreso ya no existe.
Siempre te esperaré.
Te seguiré esperando.

Cubriré con mis manos
los campos que anduvimos,
cuando como la tarde
fugaces recorrimos.
Cubriré con mi frente
los recuerdos más nimios
para que un día, juntos,
volvamos a encontrarlos.

Nunca querré pensar
que tu regreso ya no existe.
Siempre te esperaré.
Te seguiré esperando.
José Antonio Labordeta

jueves, mayo 21, 2020

#amamoslapoesía

Hola amig@s de esta Antología.

¿Sabéis?
Llevamos ya casi 14 años con este recopilatorio de poemas musicados y/o recitados para su uso escolar.
El proyecto nació después del primer Encuentro de Blogs Educativos que celebramos en Roa de Duero en el verano de 2006.
Así que pronto ya, 14 años.

Hace muy poco hemos descubierto una iniciativa que nos ha gustado mucho.
Se trata del proyecto #amamoslapoesía. Una iniciativa de Condé Nast Think asesorados por la Real Academia de la Lengua y con la colaboración de muchas otras personas:

https://www.condenastthink.es/amamos-la-poesia/

Se trata de la grabación en vídeo del recitado de un poema por parte de una persona elegida por ellos que suele ser un actor o actriz de teatro o cine, locutor, presentador, político...
El resto de la ciudadanía no puede participar en este proyecto inicial pero ellos han animado a que se haga por medios propios y se comparta en las redes con la etiqueta #amamoslapoesía.

Y ahí es donde esta APM entra.
Nos encantaría que los profesores y amigos que hemos estado colaborando con este blog, hagamos un vídeo con nuestro poema favorito y, una vez realizado, nos lo mandéis para incluirlo aquí.
Ya lo hemos hecho con alguno de los vídeos originales.
Por ejemplo:

https://antologiapoeticamultimedia.blogspot.com/2020/05/distinto.html

Y Ángel se ha animado con este sonoro poema de Miguel Labordeta.



Pues eso es lo que os pedimos.
Que elijáis vuestro poema favorito.
Lo grabéis.
Lo subáis a vuestras redes y nos deis permiso para meterlo aqui.
¿Vale?

CONDICIONES TÉCNICAS
1.- Vamos a intentar seguir la misma estética (más o menos) de todo el proyecto.

2.- Tomando el vídeo de Ángel como modelo, en nuestro caso:
a) Título del poema.
b) Autor y fechas de nacimiento y muerte (en su caso) del poeta, que debe ser español o hispanoamericano, expresarse en castellano y, es importante, que sea conocido.
c) El recitado del poema preferiblemente sobre fondo monocolor. En principio un único recitador pero podrían ser dos personas...
d) Al final el nombre del rapsoda.
e)  Con música de fondo libre de derechos o con licencia CC y con la inclusión del nombre de pieza musical y autor.
f) Todos acabamos con la etiqueta #amamoslapoesía aunque en el proyecto inicial no aparece el hashtag sino la frase.

3.- Pueden ser poemas ya publicados en este blog o no publicados, pero de autores españoles o latinoamericanos o que su obra se expresa en español.

4.- Este blog no se compromete a publicar todas las obras realizadas. Siendo los criterios técnicos y de calidad del audio e imagen los que van a decidir la publicación o no aquí del poema grabado.

Nos encantaría recibir muchos vídeos.
Muchas gracias por vuestra colaboración.
El proyecto está abierto a todos a los que les apetezca. Solo os pedimos que os ajustéis a las normas y que intentéis que la calidad del resultado sea aceptable.

Para más información en los comentarios de esta entrada o en la dirección de correo electrónico: angelpuente(arroba)gmail.com.

martes, mayo 19, 2020

Romance del pastor desesperado



Por aquel lirón arriba
lindo pastor va llorando;
del agua de los sus ojos
el gabán lleva mojado.

- Buscaréis, ovejas mías,
pastor más aventurado,
que os lleve a la fuente fría
y os caree con su cayado.

¡Adiós, adiós, compañeros,
las alegrías de antaño!,
si me muero de este mal,
no me enterréis en sagrado;

no quiero paz de la muerte,
pues nunca fui bien amado;
enterréisme en prado verde,
donde paste mi ganado,

con una piedra que diga:
«Aquí murió un desdichado:
murió del mal del amor,
que es un mal desesperado.»

Ya lo entierran al pastor
en medio del verde prado,
al son de un triste cencerro,
que no hay allí campanario.

Tres serranitas le lloran
al pie del monte serrano;
una decía: «Ay, mi primo»,
otra decía: «Ay, mi hermano»,

la más chiquita dellas:
«Adiós, lindo enamorado,
mal te quise por mi mal,
siempre viviré penando.»
Anónimo

Paco Ibáñez

Te quiero libre


Solo seré capaz de amarte si llevamos la libertad por bandera, si los dos soplamos el mismo viento. No concibo el amor de otra forma que no se sea viéndote volar entre miles, millones de mujeres, pero siempre escogiendo tus alas, aún siendo consciente de que puedo tener las de otras.

A ti te quiero libre. Quiero que elijas tu propio cielo. Quiero que siempre sientas la libertad de hacer aquello que más te llena, sin tener presentes las consecuencias. Si lo quieres, hazlo. Si sientes la necesidad de otros labios, pruébalos, si sientes el deseo de otra piel, cúmplelo. No quiero encadenarte con mis condiciones, no quiero imponerte mis motivos, no debes sentir que tienes una obligación conmigo. Ha de ser tuya, tuya y solamente tuya, la libertad de escoger siempre mis labios, siempre mi piel. Quiero que lo hagas porque sientas, realmente, que no existe un ahora si no es junto a mí, que no existe un mañana en el cual yo no aparezca haciéndote reír. Es tan sencillo como esto. No quiero amarnos de otra forma.  No quiero un amor que se convierta en dependencia emocional, donde los celos, las explicaciones y el control no causan más que daño, y ese daño es tan irreparable como romper los pétalos a cualquier flor. Yo te quiero entera, pequeñita.


El amor siempre ha sido libre. Han sido ellos los que lo han encarcelado y le han impuesto sus obligaciones, le han dicho que si estás conmigo, no quiero que mires a otro, no quiero que hables con otro, no quiero que te tomes una copa con otro.  Yo no quiero estas cadenas. Tú tienes la libertad de sentir, de necesitar y desear, y hay que ser muy ruin para juzgar a una persona que ha hecho eso: lo que le ha dado la puta gana. Y mira, si llega el día en cual sientas que ya no quieres compartirlos todos conmigo, tan solo te pediré que me lo digas, yo lo aceptaré sin reproches, sin porqués. Así es la vida, esto son cosas que pasan, y sino será contigo, será con otra persona, o tal vez sea solo, pero lo que no podré cargar a mi espalda es el hecho de que has perdido tu tiempo conmigo por obligación, por temor a llegar a hacerme daño si echas a volar hacia otro árbol y abandonas el mío.
No.
Estará en tus manos, y solo en tus manos, el querer agarrar las mías. Yo solamente puedo prometerte una cosa: las cuidaré. Cuidaré todo lo que me entregas y lo protegeré como si fuera lo único que tengo en el mundo. Puedes estar segura de ello. 

Confía y salta, te espero abajo. Con los brazos abiertos.

Miguel Gane



lunes, mayo 18, 2020

O todavía



Matamos a dios y estuvo bien, porque no existía.
No hubo tanto que discutir, solamente nos quedamos huérfanos
de clavos ardiendo
y sin tener a lo que aferrarnos nos dejamos caer
creyendo que nosotros mismos
sabríamos salir por nuestra propia cuenta
del precipicio.

Nos dejamos caer confiando demasiado quizá
en nuestras alas.

Y está claro que algo no salió bien.

Inventamos el mercado
la economía
la democracia
y las listas del paro.

No contentos con tanto
inventamos la comunicación
los simulacros
y la pornografía.

Hasta los secretos
nos inventamos.
y las mentiras.
Sobre todo las mentiras.

Echa un vistazo al patio si no me crees.
Es una cuestión de fe no hacerlo.
Y matamos a dios, ¿recuerdas? Y estuvo bien.
De acuerdo.

Pero hemos convertido el destino en una resignación,
la miseria en rutina
y hemos reducido el fuego al calor de su potencia
hasta meterlo en un caja de cerillas
y ponerle una señal de aviso.
De advertencia.
Aquí nadie se acuerda de los sueños
y mejor,
porque tienen que dar un miedo de la ostia.

Como niños riéndose por la noche en las alcantarillas
mientras chocan sus globos contra las rejas de los desagües
y explotan.
Los globos.

Hay una capa de odio que nos hemos puesto como lentillas en los ojos.
Un disfraz caducado tan podrido que apesta como nuestras desilusiones.
Hemos cifrado la necesidad en números,
el valor en porcentajes,
y hemos puesto en oferta la falta de interés.

Nos hemos estadistiqueado hasta la médula.

¿Y para qué negarlo? Estamos perdidos.
No tenemos ni puta idea de hacia dónde vamos.
Nos rascamos la cabeza desorientados y encogiéndonos de hombros.
Tenemos muchos cómos
y ningún por qué.
Nuestro único objetivo se reduce al final
a conseguir la pasta
con la que comprar una felicidad que ya de por sí es un sucedáneo.

Porque eso hicimos con todo.
Lo pusimos un precio
y dejamos que engordara como los cerdos antes de san Martín.

La publicidad puso los escaparates.
Los gobiernos traficaron con los impuestos.
La prensa hizo su trabajo.
¿Y nosotros? ¿Que dónde estábamos nosotros?
Comprando.
Dónde íbamos a estar si no.

Sin una filosofía a la que aferrarnos,
sin nada
sin absolutamente nada
por lo que poder jugarnos la vida.

Nuestra única vida,
nuestra desdichada pretenciosa y sobre todo irrepetible vida
ahora que no nos queda ni dios
y hasta los viejos se mueren en silencio.

No tenemos por lo qué luchar.
Nos da igual la mierda mientras no nos salpique.
Así que hacemos grandes letrinas en donde cagarnos
y las llamamos países,
no sea que se piensen que pensamos.

Reconozcámoslo: no tenemos ninguna respuesta.
Todavía.
Matamos a dios y estuvo bien, porque no existía,
pero nos quedamos sin clavos ardiendo
a los que aferrarnos
y así estamos: cayendo.

Y sin ninguna fe ya en los milagros.

O todavía.

Escandar Algeet

Renglones torcidos



Tu nombre es una herida que supura en mi memoria
Tu risa es una bomba que no sé desactivar
Hablar de amor contigo es encerrarse en una noria
Querernos es subir a un tren que nunca va a arrancar

Tenías el cordón yo solo era la peonza
Así entendí que nadie sale intacto del amor
Cansado de que no pusieras nombre a nuestra historia
Me fui a ninguna parte a terminar esta canción

Y hoy ya no escribo la vida en renglones torcidos
Prefiero quedarme conmigo
Prefiero un punto y aparte a que vuelvan a darme puntos suspensivos
Mejor olvidarse del ruido, cada uno en su propio camino
Habrá que apuntar en la agenda los sueños pendientes que nunca cumplimos

Amor es solo un juego donde solamente acierta
Quien abre el corazón para que dos puedan entrar
No hay nada más terrible que una puerta entreabierta
Que nunca abre del todo ni se atreve a cerrar

Me fui porque quererte era un deporte peligroso
Se parecía demasiado a la soledad
No sé si acerté pero sí sé que poco a poco
Mi vida empieza a parecerse a la felicidad

Y hoy ya no escribo la vida en renglones torcidos
Prefiero quedarme conmigo
Prefiero un punto y aparte a que vuelvan a darme puntos suspensivos
Mejor olvidarse del ruido, cada uno en su propio camino
Habrá que apuntar en la agenda los sueños pendientes

Me fui porque el amor era un manual sin instrucciones
Y tú y yo dos piezas imposibles de encajar
Me fui a refugiarme entre mi pena y mis canciones
Me fui porque en tu cama no podíamos soñar

Y ya no escribo, y ya no escribo
Y ya no escribo la vida en renglones torcidos
Prefiero quedarme conmigo
Prefiero un punto y aparte a que vuelvan a darme puntos suspensivos
Mejor olvidarse del ruido, cada uno en su propio camino
Habrá que apuntar en la agenda los sueños pendientes que nunca cumplimos
Que nunca cumplimos
Que nunca cumplimos
Que nunca cumplimos
Que nunca cumplimos
Que nunca cumplimos
Marwan

domingo, mayo 17, 2020

Toco tu boca



Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad, elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde el aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces, mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llenas de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Julio Cortázar

Lluvia



La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentágrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!
Federico García Lorca

Pedro Salinas



Canción 24

                    (Pedro Salinas)

¡Qué dolor que te hayas ido,
sin haberte visto más,
como yo hubiera querido!
Amigo.

Antonio se fue. Y se fueron
también Miguel y Federico.
Con ellos tú también ahora.
Amigo.

Siéntate al pie de estos naranjos,
junto a estas barrancas y ríos.
Dichosa sube la mañana.
Pero qué lejos, amigo.

Te escucho, alegre, en tus balcones.
Por las calles, alegre, te sigo.
Tu voz me canta como en sueño.
Pero, amigo, qué lejos, amigo.

Aquella tierra con nosotros
no fue lo buena que quisimos.
Cuántas cosas en ella dejamos.
Cuánto le dimos, amigo.

Algún día nos tendrá juntos
aquella pobre tierra, unidos.
Mientras, al pie de estos naranjos,
junto a estas barrancas y ríos,
descansa a mi lado, amigo.

Dichosa sube la mañana.
Siéntate junto a mí, buen amigo.
Rafael Alberti

Rafael Alberti

sábado, mayo 16, 2020

Por aquí pasa un río



Por aquí pasa un río.
Por aquí tus pisadas
fueron embelleciendo las arenas,
aclarando las aguas,
puliendo los guijarros, perdonando
a las embelesadas
azucenas...

                  No vas tú por el río:
es el río el que anda
detrás de ti, buscando en ti
el reflejo, mirándose en tu espalda.

Si vas de prisa, el río se apresura.
Si vas despacio, el agua se remansa.
Ángel González

Ángel González y Pedro Guerra

A Sabicas



Ese gitano de faca y sombrero,
esa vitola de rey en lo suyo,
esos arcanos de tonadillero,
ese remanso en mitad del barullo.

Ese que pisa quintas avenidas
con los caireles de un dios en barbecho,
sin la quincalla de las despedidas,
con los papeles que nunca le han hecho.

Ese despecho de etrusco de Marte,
ese bastón para andar por derecho,
ese pedrusco en el dedo meñique.

Ese que guarda el secreto del arte,
en la botica más jonda del pecho,
ese Sabicas tocándole a Enrique.

Joaquín Sabina

Pedro Guerra, Joaquín Sabina, Miguel Poveda

jueves, mayo 14, 2020

Compañeras




Sin la mujer la vida es pura prosa.
Rubén Darío

Lo mejor que puede hacer un hombre cuando ve a una mujer besar a su hijo, cuando ve a una mujer romperle la cara al invierno y partirse la espalda por el resto es apartarse, observar atentamente, ponerse en pie. Decía Escandar que mirara donde mirara solo veía mujeres luchando. Mujeres cargando, mujeres abriendo, mujeres curando. Madres que se crujen el alma agachándose para quitar las piedras que le salieron a tu camino, para que yo no tropiece.

Las verás siempre dispuestas, lobas que amamantan, cuidan a sus cachorros, cuidan todo, madres de brazos abiertos, de pecho abierto, de alma abierta. Son perfectas por el simple hecho de existir, de haber nacido, de devolver ese regalo dando a luz otra vida. Deberías aplaudirlas al verlas pasar, limpiando el mundo, con sus hijos, con febrero a la espalda, a cargo de la casa, a cargo de la producción, a cargo de la vida. Están en todas partes, abriendo el camino, trayéndote luz, borrando de tu frente los fantasmas.

Mujeres a las que les clavan los codos para que no asciendan en el orden social fijado por los hombres porque se deben al hogar. Mundo de hombres, mujeres frenadas, mundo patriarcal, mundo enfermo, mujeres lanzadas afuera, mujeres sin edén. Limitándose a amar, a ver la distribución desigual del poder y a seguir amando. Mujeres que aman, división sexual del trabajo, mujeres que aman, obstáculos para avanzar, trabajos no remunerados (querer y callar), mujeres que aman, competentes pero que no destaquen, mundo patriarcal, mundo enfermo, mundo enfermo, mundo enfermo.

Mujer anuncio para que tú disfrutes, para que tú la mires, mujer objeto. Mujer bombardeada:, la dictadura de los cosméticos, complejos y más complejos, ventas y más ventas.

Mujeres a las que obligamos a ser madres, amantes, florero, costilla, Cenicienta, cocineras, putas, educadoras, costilla de Adán, felpudo,  venticuatrosiete, siempre perfectas, costilla y culpable, pecado original, siempre preparadas como yo lo desee, como deseen los  hombres, siempre a mano. Y no solo costilla, y no solo María Magdalena, y no solo burdel, también burka, Juana La Loca, también ablación,  Juana de Arco, matrimonios acordados, también Penélope, Casandra, también Pandora, también la culpa, no solo costilla.

Violencia doméstica, con golpe o sin él, justificaciones, costumbres, excusas, normas sociales aceptadas, aceptadas por todos porque no tenemos el valor de reanudar el mundo, con ellas al mando, con nosotros al mando, con todos al mando, tribunales que exculpan.

Si no las ves eres un imbécil. Están luchando, partiéndose el alma por todos. Muchos lo dicen, que si ellas gobernaran el mundo no habría guerras. Ninguna impulsaría matar al hijo que otra mujer hubiera llevado en su vientre porque solo ellas conciben el dolor sin fin de perder a un vástago. Nunca despojarían a otra madre del milagro de serlo. Nunca. Nunca lo harían.

Yo solo quiero que descansen, que las dejemos descansar, que este siglo poco a poco les devuelva lo perdido, sus horarios, que dejen de limpiar nuestro camino, de resolver nuestro crucigrama, que ya tienen bastante con los suyos, sus fantasmas, que olviden ya los míos, los tuyos.

El espejo de Frida, el espejo de Szymborska, el espejo de Rosa Parks, las madres de la Plaza de Mayo, Mafalda, Femen, Simone de Beauvoir, mujeres en lucha contra la historia, las manos de la madre Teresa de Calcuta, Indira Gandhi, Victoria Kent y su mirada al preso. El ejemplo, la senda marcada.

Madres, mujeres, hermanas, parejas, compañeras, eternas, compañeras, milagro, compañeras, sin dueño, compañeras, siempre, compañeras.
Marwan

miércoles, mayo 13, 2020

La forma de querer tú



La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte solo yo.
Pedro Salinas

Casida de la muchacha dorada



La muchacha dorada
se bañaba en el agua
y el agua se doraba.

Las algas y las ramas
en sombra la asombraban
y el ruiseñor cantaba
por la muchacha blanca.

Vino la noche clara,
turbia de plata mata,
con peladas montañas
bajo la brisa parda.

La muchacha mojada
era blanca en el agua,
y el agua, llamarada.

Vino el alba sin mancha,
con mil caras de vaca,
yerta y amortajada
con heladas guirnaldas.

La muchacha de lágrimas
se bañaba entre llamas,
y el ruiseñor lloraba
con las alas quemadas.

La muchacha dorada
era una blanca garza
y el agua la doraba.
Federico García Lorca

Carlos Cano

#amamoslapoesia

martes, mayo 12, 2020

Distinto



Lo querían matar
los iguales,
porque era distinto.

Si veis un pájaro distinto,
tiradlo;
si veis un monte distinto,
caedlo;
si veis un camino distinto,
cortadlo;
si veis una rosa distinta,
deshojadla;
si veis un río distinto,
cegadlo...
si veis un hombre distinto,
matadlo.

¿Y el sol y la luna
dando en lo distinto?
Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir
distinto
de lo distinto;
lo que seas, que eres
distinto
(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):
si te descubren los iguales,
huye a mí,
ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.
Juan Ramón Jiménez

jueves, mayo 07, 2020

La historia de los amores imparables



Me dicen que es de tontos
tropezar tres veces con la misma piedra
pero es que tú eras una piedra
sobre la que merecía la pena caer,
resbalarse,
hacerse herida.

Porque hay personas que merecen nuestra herida
personas que mancharon todo de felicidad,
y contrataron la alegría
y la volcaron sobre ti
como quien arroja un cubo de esperanza,
personas que empapan tu vida con su risa
y ahora que no están no dejan cuerda de tender
donde seque esta tristeza.

Me dicen que es de tontos,
que lo deje,
porque huir del compromiso
es el deporte que practicas.

Y tal vez estén en lo cierto
pero no saben que tu boca
es el ticket de entrada al paraíso,
como una esperanza que se cuela dentro.

Y dueles. Claro que dueles.
Como un regalo que al abrirlo está vacío,
como el premio que te sacan de las manos.
Dueles.

Pero yo sé que solo hay miedo tras tu huida,
que me tiras las flores de los tiestos
por el miedo a que no haya champán con que regarlas,
que tu huida es un descanso,
que el amor
se toma un tiempo sobre ti
para que los temores no caven más hondo que tus entrañas.

A veces no hay parejas que no se amen
sino temores que nos vencen.

Pero siempre vuelves,
siempre llegas de nuevo
para estampar en mi cuarto el paraíso,
para darle un nuevo orgasmo a mi memoria,
un motivo más para creer.

Y sé que no es fácil,
que me hago herida nuevamente
en cada travesía desde mi lengua hasta la nada,
pero me curas de nuevo en tu viaje de vuelta hacia nosotros,
me curas, muerdes mis heridas y las arrancas de golpe
y allí donde había piel rota y soledad
solo encuentro piel nueva, alma restaurada.

Por eso acepto todo lo que caiga sobre mí cuando te vayas.

Acepto que me elijas y me sueltes,
que la felicidad sea un disparo,
lo que dure este momento.

Acepto las tres llamadas pendientes que cuelgan de mi vida
con las que no sé qué hacer
para que no revientes de pasado el paisaje.

Y también los domingos en que siento
que la vida está comunicando.

Lo acepto todo si eso abre la puerta
a que mis lunes sean tus lunes
y tu foto tu desvelo
y mis guerras un motivo
por el que hallar la paz contigo.

Me dicen que te olvide y tienen razón,
pero lo dicen porque no saben lo ligeros
que son dos amantes cuando es correspondido.

No entienden que te necesito.

Te necesito porque despedirse es una palabra demasiado grande
y no lo entienden.

Y porque me están subiendo los tres polvos de más que te debo,
como una droga que no consumes pero afecta
y no lo entienden.

Y vuelvo a ti porque no es posible ponerle vallas al amor
y cada uno elige el modo de volarse
y no lo entienden.

¿Dependencia? Por supuesto.
De la felicidad que traes,
de ser nosotros,
posiblemente.

Les digo eso.
Por eso vuelvo a ti,
a chocar de frente contra la felicidad,
a caer de boca contra la felicidad,
a romper mis dientes contra la felicidad.
Me equivoque o no,
para mí eres eso,
la calle que conduce
a la felicidad.

martes, mayo 05, 2020

Valiente





 Valiente es aquel que siente miedo.

Valiente es quien enarbola
la verdad más dolorosa
            hasta la cumbre final
y la diluye con el viento,
el de los ojos ardientes de libertad
que deforesta de cadenas
            las miradas que atraviesa,
es aquel
capaz de reutilizar las lágrimas,
            reciclar la rabia
y retomar el mando de la nave.

Valiente
es quien planta enredaderas
            a los pies del grueso muro,
riega, observa, espera y trepa
sólo cuando la hora llega.

            No se puede no ser valiente

Es valiente
quien se autorretrata sin retoque
            para poder sanar las taras,
quien cabalga contra la estampida
de conformismo y parches,
de no conflicto y yugos,
de pusilánimes búfalos embistiendo
            a la pureza que no saben alcanzar.

           Sólo hay dos opciones.

Ser valiente es simplemente
            ser fiel a uno mismo
a pesar de los pesares de quien sea,
atreverse a soltar lastres
            que no te pertenezcan.

Ser valiente es movimiento,
acción activa, voluntad, anhelo,
ilusión, principios, horizonte, medios,
velas, remos en las manos, viento.

            No se puede ser valiente
            si no se tiene nada que perder.

Valiente es quien todo lo pierde,
se agarra a sus propias asas,
aprende que nada tiene
            y todo lo gana.

No se puede no ser valiente
si tienes un antes, un después
y sobre todo un durante,
si estás sencillamente vivo.

            No se puede no ser valiente:
            sólo hay dos opciones.

Valiente es aquel que siente miedo,
no se paraliza y lo utiliza
como combustible del valor.

Valiente es aquel que siente miedo.
Suso Sudón

viernes, mayo 01, 2020

Insomnio



Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?
Dámaso Alonso

Dámaso Alonso