No somos siempre nosotros el bueno
No tienen otros la culpa de todo
La redención mata más que el veneno
Perfil de plata, borceguí de lodo
Neuras y gritos y coches y aromas
Calles y cuerpos y noches y azares
Sigue corriendo, sin puntos ni comas
Sube al infierno, baja a los altares
Perdí mi sueldo de bombero un día
Que, por jugar a echar troncos al fuego
Quemé los muros de la patria mía
¿Cómo iba yo a saber que la hidalguía
Era el pijama a rayas del talego
Y la ambición un perro policía?
Joaquín Sabina