Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
¿Qué
importa
que la estrella
esté remota
y deshecha
la rosa?
Aún tendremos
el brillo y el aroma.
En tiempos de ignominia como ahora
a escala planetaria, y cuando la crueldad
se extiende por doquiera fría y robotizada,
aún queda gente buena en este mundo
que escucha una canción o lee un poema:
ellos saben muy bien que la Patria de todos
es el canto, la voz y la palabra: única patria
que no pueden robarnos ni aún poniéndonos
de espaldas contra un muro,
o deshaciéndonos en mil pedazos.
Por eso digo una vez más:
que nadie piense o grite,
no puedo más y aquí me quedo. Mejor mirarles
a la cara y decir alto: tirad hijos de perra,
somos millones y el planeta no es vuestro.
Cristo moreno
pasa
de lirio de Judea
a clavel de España.
¡Miradlo, por dónde viene!
De España.
Cielo limpio y oscuro,
tierra tostada,
y cauces donde corre
muy lenta el agua.
Cristo moreno,
con las guedejas quemadas,
los pómulos salientes
y las pupilas blancas.
Qué bello paisaje
si con el trigo verde
o dorado se mezclasen
los amores, las faenas y los cantos
en un lecho grande
los que van y vienen
del amor al sudor
por un amanecer largo.
Ay lo que yo haría
con tu cuerpo tierno,
ay qué carreras locas
por las playas de tu vientre.
Sería el amor
igual que un juego
en el que todos jugaran
sin prisas y sin miedo
en un lecho grande
los que van y vienen
del sudor al amor
por un atardecer largo.
Ciego de Ávila, provincia de Camagüey, isla de Cuba. Mi abuelo tocaba el clarinete y tenía un cinturón con hebilla de oro.
Esto sucede en 1920, delante de una tela pintada con palmeras y pájaros que habrían de ser multicolores.
En una calle de La Habana, recién llegado de Vigo, Leonardo Mestre le compró a su novia una peineta de carey.
Están los dos, él lánguido de ojos y con un traje de lino. Ella, bajo la luz de los trópicos, es bella y me mira.
Han conocido el ancho cielo y los grandes peces de los mares. Su juventud es dichosa como la aventura que acaban de descubrir.
Entonces se han colocado para la fotografía y con ella, como el que es alegre y vencido por el amor, entran en el hermoso sueño de la vida.
Ya nada pudo separarlos, solo ellos saben por qué fue aquel el instante preciso del milagro.
Yo podría continuar esta historia pero no sé si en 1920 había chevrolets en Cuba.
Dineros son calidad
¡Verdad!
Más ama quien más suspira
¡Mentira!
Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahúres muy desnudos
con dados ganan condados;
ducados dejan ducados,
y coronas majestad,
¡Verdad!
Pensar que uno solo es dueño
de puerta de muchas llaves,
y afirmar que penas graves
las paga un mirar risueño,
y entender que no son sueño
las promesas de Marfira,
¡Mentira!
Todo se vende este día,
todo el dinero lo iguala;
la corte vende su gala,
la guerra su valentía;
hasta la sabiduría
vende la Universidad,
¡Verdad!
En Valencia muy preñada
y muy doncella en Madrid,
cebolla en Valladolid
y en Toledo mermelada,
Puerta de Elvira en Granada
y en Sevilla doña Elvira,
¡Mentira!
No hay persona que hablar deje
al necesitado en plaza;
todo el mundo le es mordaza,
aunque él por señas se queje;
que tiene cara de hereje
y aun fe la necesidad,
¡Verdad!
Siendo como un algodón,
nos jura que es como un hueso,
y quiere probarnos eso
con que es su cuello almidón,
goma su copete, y son
sus bigotes alquitira
¡Mentira!
Cualquiera que pleitos trata,
aunque sean sin razón,
deje el río Marañón,
y entre al río de la Plata;
que hallará corriente grata
y puerto de claridad
¡Verdad!
Siembra en una artesa berros
la madre, y sus hijas todas
son perras de muchas bodas
y bodas de muchos perros;
y sus yernos rompen hierros
en la toma de Algecira,
¡Mentira!
Su profesión se sabe es muy antigua
y ha perdurado hasta ahora sin variar
a través de los siglos y civilizaciones.
No conocen vergüenza ni reposo
se emperran en su oficio a pesar de las críticas
unas veces cantando
otras sufriendo el odio y la persecución
mas casi siempre bajo tolerancia.
Platón no les dio sitio en su República.
Creen en el amor
a pesar de sus muchas corrupciones y vicios
suelen mitificar bastante la niñez
y poseen medallones o retratos
que miran en silencio cuando se ponen tristes.
Ah curiosas personas que en ocasiones yacen
en lechos lujosísimos y enormes
pero que no desdeñan revolcarse
en los sucios jergones de la concupiscencia
sólo por un capricho.
Le piden a la vida más de lo que esta ofrece.
Difícilmente llegan a reunir dinero
la previsión no es su característica
y se van marchitando poco a poco
de un modo algo ridículo
si antes no les dan muerte por quién sabe qué cosas.
Así son pues los poetas
las viejas prostitutas de la Historia.