martes, febrero 27, 2024

La nave de los locos



La tinta verde del amanecer
Se ha puesto a revisar fotografías
La ciudad se pregunta, ¿quién va a ser?
El voluntario de las utopías

Nuestra consigna, hoy, es resisitir
Colocados delante de los focos
Expertos en vivir
La nave de los locos

Vulnerables de amor y de ilusiones
Después de tantas cosas, aquí estamos
Herederos de todas las canciones
Que faltan por cantar

Somos los amos de la mejor poesía callejera
Corazones sencillos o barrocos
Aquí cabe cualquiera
La nave de los locos

Aquí estamos después de tantos ríos
En las esquinas de la despedida
Las luces de los bares más perdidos
Las noches en la boca más vivida

No te expliques, no digas lo que haces
No pienses si son muchos o son pocos
Con guerras o con pases
La nave de los locos

Luis García Montero


Quique González


lunes, febrero 26, 2024

Piedra de sal







Tú estabas dormida
como el agua que duerme en la alberca …
y yo llegué a ti
como llega
hasta el agua que duerme
la piedra.
Turbé tu remanso y en ondas de amor te quebraste
como en ondas el agua que duerme se quiebra
cuando
llega
a turbar su remanso dormida
la piedra.

Piedra fui para ti, piedra soy
y piedra quiero ser, pero piedra
blanda de sal
que al llegar a ti se disuelva
y en tu cuerpo se quede
y sea
como una levadura de tu carne
y como el hierro de la sangre en tus venas.
Y en tu alma deje una sed infinita
de amarlo todo … y una sed de belleza
insaciable…
eterna…

León Felipe


Evoéh



domingo, febrero 25, 2024

Escribo para no morirme de pena



Escribo para no morirme de pena
para no ahogarme en esta sed de asesinar
que cubre las horribles tardes onanistas
de los afanosos alojos de los cines.
Daría mi sed y mi apellido
por un beso tan solo…
pero solo hay saliva bajo el ardiente
pluscuamperfecto de lo humano.
Me daría por un dios dulce
que me hiciera agonizar en la luz
pero el jinete negro de mis sueños
me invita a la feroz destrucción
de la forma sangrienta de los sepulcros.
Por no entregarme a él, tan verdadero… escribo, hablo,
me devoro en mi propia locura de ser hombre.

Miguel Labordeta


Josean Souto


jueves, febrero 22, 2024

Tras arder siempre, nunca consumirme



Tras arder siempre, nunca consumirme;
y tras siempre llorar, nunca acabarme;
tras tanto caminar, nunca cansarme;
y tras siempre vivir, jamás morirme;

después de tanto mal, no arrepentirme;
tras tanto engaño, no desengañarme;
después de tantas penas, no alegrarme;
y tras tanto dolor, nunca reírme;

en tantos laberintos, no perderme,
ni haber, tras tanto olvido, recordado,
¿qué fin alegre puede prometerme?

Antes muerto estaré que escarmentado:
ya no pienso tratar de defenderme,
sino de ser de veras desdichado.

Francisco de Quevedo


Manzanita



martes, febrero 20, 2024

Tótum Revolútum



No soy más que un escobero
Un guardajoyas cualquiera
Un pisaúvas un matón
No soy más que un angelote.

Soy en esta tierra un pillo
de siete suelas un títere
un tiesto un encapuchado
un fresco que toma el fresco.

Soy un doliente arlequín
y un guardagujas nocturno
un tonto de capirote
un maestrescuela excomulgado.

Además soy ¡qué sé yo!
Un cachivache eterno
Un violín en la cocina
Un palillo en el desierto
Una vela encendida en una roca
Una regadera en el mar
¡Y un andaluz en un andén!

Carlos Edmundo de Ory


Fernando Polavieja


sábado, febrero 17, 2024

No deixez morir a mía voz



Y tó que tos digo, amigos
d'aquí y d'astí y d'allá
tó, o sé de seguro,
son cosas qu'atros han dito,
qu'atros antis más
han sentiu, y que uey
sentiz con yo...

A mía voz
tremola con os aires
brilla con o sol,
se chela con os cierzos,
s'aflama con as calors...

A mía voz ye a de tú
y a d'ixa chen
que no conexemos
ni tú ni yo.

Ye a vida de nusatros,
d'os que nos fa mal
o corazón,
d'os qu'encara somos ninóns
con o peso d'as añadas
y as arrugas d'o dolor...

A mía voz
¿en tiengo encara de voz?
ye de tú, amigo,
no a deixes morir en yo.

Ánchel Conte
In memoriam

Voz en el Festival Rasmia de Zaragoza

Ánchel Conte


viernes, febrero 16, 2024

Finis Musicae



En todas las veredas sangran seres humanos
Ha llegado la hora de todos los heridos
Ya no es tiempo de hablar de hamacas y de miel
Hay duelo por doquier y voces de conmoción
Me despierto y veo que el mundo es una pesadilla
Pronto mi oreja se llena de estruendo
El canto de los pájaros del amanecer
no acapara más mi conciencia filarmónica
Tanto alboroto en el mundo tanta disonancia
Salgo del sueño y se acaba el sueño para mí
El alba se cubre de nubes y es otra vez de noche

Carlos Edmundo de Ory


Luis Eduardo Aute


jueves, febrero 15, 2024

No es que muera de amor, muero de ti



No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Jaime Sabines