Yo que tiritaba de frío
mojado por todas las lluvias
de todos los niños pobres
y de todos los mendigos
y tú, volcán de miel
Yo que estaba solo al fin
en medio de tanta gente
buscándote
y tú, como un bosque
lleno de pájaros.
Llévame oculto en tu pelo,
llévame en tu cabello,
llévame junto a tus senos,
llévame.
Repósame en tus colinas amorosas,
llámame a tu fuente
donde el placer es húmedo
y corre, gacela blanca.
Tú que conoces mi cuerpo
por todos los caminos dulces
que has trazado con tus dedos
y con tu boca.
Lumbre de mis ojos cansados
de luchar con la niebla,
heridos mis pies
de tanto caer.
Comeré sonrisas de tu árbol.
Amancio Prada
Amancio Prada
María Jiménez