martes, enero 31, 2023

Cuando el eco del eco huele a grito



Cuando el eco del eco huele a grito
y nadie huele nada,
y el náufrago se rompe entre las rocas
y grita y le entra agua.
¿Acaso la belleza no tiene corazón?
El mar es bello y mata.
La gente es bella y calla,
cuando el eco del eco huele a grito
y ponemos la radio alta.

Gloria Fuertes
Silvia Comes


viernes, enero 27, 2023

Romance de la Cava Florinda



De una torre de palacio 
se salió por un postigo
la Cava con sus doncellas 
con gran fiesta y regocijo.
Metiéronse en un jardín 
cerca de un espeso ombrío
de jazmines y arrayanes, 
de pámpanos y racimos.

Junto a una fuente que vierte 
por seis caños de oro fino
cristal y perlas sonoras 
entre espadañas y lirios,
reposaron las doncellas 
buscando solaz y alivio
al fuego de mocedad 
y a los ardores de estío.

Daban al agua sus brazos, 
y tentada de su frío,
fue la Cava la primera 
que desnudó sus vestidos.
En la sombreada alberca 
su cuerpo brilla tan lindo
que al de todas las demás 
como sol ha escurecido.

Pensó la Cava estar sola, 
pero la ventura quiso
que entre unas espesas yedras 
la miraba el rey Rodrigo.
Puso la ocasión el fuego 
en el corazón altivo,
y amor, batiendo sus alas, 
abrasóle de improviso.

De la pérdida de España 
fue aquí funesto principio
una mujer sin ventura 
y un hombre de amor rendido.
Florinda perdió su flor, 
el rey padeció el castigo;
ella dice que hubo fuerza, 
él que gusto consentido.

Si dicen quién de los dos 
la mayor culpa ha tenido,
digan los hombres: la Cava 
y las mujeres: Rodrigo.

Anónimo



Vicente Pradal


sábado, enero 21, 2023

Todo asusta



Asusta que la flor se pase pronto.
Asusta querer mucho y que te quieran.
Asusta ver a un niño cara de hombre,
asusta que la noche...
que se tiemble por nada,
que se ría por nada asusta mucho.
Asusta que la paz por los jardines
asome sus orejas de colores,
asusta porque es mayo y es buen tiempo,
asusta por si pasa sobre todo,
asusta lo completo, lo posible,
la demasiada luz, la cobardía,
la gente que se casa, la tormenta,
los aires que se forman y la lluvia.
Los ruidos que en la noche nadie hace
—la silla vacía siempre cruje—,
asusta la maldad y la alegría,
el dolor, la serpiente, el mar, el libro,
asusta ser feliz, asusta el fuego,
sobrecoge la paz, se teme algo,
asusta todo trigo, todo pobre,
lo mejor no sentarse en una silla.

Gloria Fuertes


Gloria Fuertes

Silvia Comes


viernes, enero 20, 2023

Quiero creer que estoy volviendo



Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo

hay tanto siempre que no llega nunca
tanta osadía tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra y viceversa
y tanta vida trunca

vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y solo una confianza

reparto mi experiencia a domicilio
y cada abrazo es una recompensa
pero me queda / y no siento vergüenza /
nostalgia del exilio

en qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente

vuelvo y se distribuyen mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada

propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silbando por el santo y seña
y el puente de la duda

me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo

tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora

vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi ceño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana

nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses

vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora

todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros

vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia en mis calles en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto

vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.

Mario Benedetti


Nacha Guevara


miércoles, enero 18, 2023

Romance de la molinera y el corregidor



En la provincia de Huelva,
había un molinero honrado
que ganaba su sustento
con un molino arrendado

y era casado
con una moza
que era una rosa
y era tan bella
que el corregidor, madre, *
se prendó de ella.


La regalaba,
la prometía
hasta que un día
la pidió los favores *
que pretendía.

Responde la molinera:
-Vuestros favores admito,
pero siento si nos pilla,
mi marido en el garlito,

porque el maldito
tiene una llave,
con la cual cierra,
con la cual abre
cuando es su gusto,
expuesto es que nos pille *
y nos dé un gran susto. *


Responde el Corregidor:
- Me estoy haciendo una idea
de mandarle en el molino
algo que allí le entretenga.

Según lo digo, 
será de trigo
porción bastante.
Que lo muela esta noche *
que es importante,

para una idea 
que tengo oculta
bajo la multa
de doce duros.
Así será del modo, 
estemos seguros.

Allí por aquel molino
ha pasado un pasajero
que entendía de moler
tan bien como el molinero:

- Si tienes ansia 
por irte a casa
vete tranquilo
que esta noche sin falta *
se muele el trigo.


Ha salido el molinero
y a su casa ya se ha ido.
Les ha encontrado a los dos
como en harina metidos.

Vete tranquilo, 
buen molinero,
ve a tu molino
no dejes que el vecino *
te muela el trigo.


Anónimo


Esta es la versión del romance interpretada por Joaquín Díaz. Aquí está la versión musicalizada del Nuevo Mester de Juglaría.

Joaquín Díaz

Jarcha

Nuevo Mester de Juglaría


martes, enero 17, 2023

Variaciones sobre un tema de Boris Vian



Cuando me canse de escuchar
llantos de niños en la brisa
cuando me canse de mirar
pueblos que apenas son ceniza

me iré con lluvias estrelladas
que son diamantes en el barro
glacial cometa de miradas
vivo la noche y desamarro

y con estrellas miel y flores
que son rubíes y topacio
tendré el silencio en los albores
del infinito eterno espacio

cuando me canse de la lluvia
y de la sangre y de la guerra
cuando me canse de esta tierra
me mudaré a la luna rubia

ah tierra-luna tierra-luna
atrás quedó la suerte perra
atrás los muertos y la guerra
adiós

ah tierra-luna tierra-luna
me pongo hoy las alas de oro
y cielo arriba cual meteoro
me voy

así que ahora no te asombres
si desde esta luna hueca
me burlo de la tierra seca
y de los pobres simples hombres

ah tierra-luna tierra-luna
adiós ciudad mi corazón
globo tullido de aflicción
adiós

cuando me canse de esperar
a los indómitos que huyen
cuando me canse de soñar
sueños que siempre se concluyen

me iré otra vez inoportuno
y apostaré por el que pierde
y volveré cuando ninguno
me necesite ni recuerde

y con el tímido derroche
de una paciencia vengadora
tendré las dudas de la noche
sin las respuestas de la aurora

cuando me canse la rutina
de que me ultrajen y me roben
cuando me canse de esta ruina
me mudaré a la luna joven

ah tierra-luna tierra-luna
atrás quedó la suerte perra
atrás los muertos y la guerra
adiós

ah tierra-luna tierra-luna
me pongo hoy las alas de oro
y cielo arriba cual meteoro
me voy

alguna vez mi vida quieta
verá estallar en el pasado
mi triste y cándido planeta
que se creyó civilizado

ah tierra-luna tierra-luna
mundo caótico y podrido
pierrot de arriba me despido
adiós

Mario Benedetti


El Zucará

Nacha Guevara

Eugenia León



viernes, enero 13, 2023

Son las gaviotas, amor



Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.

Mar de invierno. El agua gris
mancha de frío las rocas.
Tus piernas, tus dulces piernas,
enternecen a las olas.
Un cielo sucio se vuelca
sobre el mar. El viento borra
el perfil de las colinas
de arena. Las tediosas
charcas de sal y de frío
copian tu luz y tu sombra.
Algo gritan, en lo alto,
que tú no escuchas, absorta.

Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.

Ángel González


Pedro Guerra y Ángel González


jueves, enero 12, 2023

Es amarga la verdad



Pues amarga la verdad,
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
ha engendrado en mí pereza
la pobreza.

¿Quién hace al ciego galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?
El dinero.

¿Quién con su fiereza espanta,
el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley
merece nombre de santa?
¿ Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza?
La pobreza.

¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento, hace humanos,
pues untándoles las manos
les ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
con oro, y no con acero.
El dinero.

¿Quién procura que se aleje
del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo tan cristiana,
tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
el desprecio y la tristeza?
La pobreza.

Francisco de Quevedo


Paco Ibáñez

Ángel Parra


miércoles, enero 11, 2023

Parábola IV. Consejos



Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
–en la costa un barco–, sin que el partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa

Antonio Machado


Sueños





Los sueños vuelan alto como pájaros.
Los sueños ven la tierra desde arriba.
Los sueños tienen ojos transparentes.
Los sueños iluminan.

Los sueños son posibles.

Tus sueños descienden como lluvia.
Tus sueños acuden si los llamas.
Tus sueños viven más que tu vida.
Tus sueños se instalan en tu casa.

Tus sueños son posibles.

Los sueños están en los bolsillos
de los trajes usados y los besos.
Los sueños eligen las miradas
que en el futuro van a ser verdades.

Los sueños son posibles.
Tus sueños son posibles.

Pablo Guerrero


Pablo Guerrero

Imanol con Luis Pastor


martes, enero 10, 2023

Mariposa del aire





Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
Luz del candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
No te quieres parar,
pararte no quieres.

Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!.
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?

Federico García Lorca


Antonio Selfa

Vicente Monera

Esteban Valdivieso



Romance del milagro de San Antonio



Divino Antonio precioso
suplícale al Dios inmenso,
que por tu gracia divina
alumbre mi entendimiento.
Para que mi lengua
refiera el milagro,
que en el huerto obraste,
de edad de ocho años.


Este niño fue nacido
con mucho temor de Dios,
de sus padres estimado
y del mundo admiración.
Fue caritativo
y perseguidor,
de todo enemigo
con mucho rigor.


Su padre era un caballero
cristiano, honrado y prudente,
que mantenía su casa
con el sudor de su frente.
Y tenía un huerto
donde recogía
cosechas y frutos,
que el tiempo traía.


Por la mañana un domingo,
como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa
cosa que nunca olvidaba.
Le dijo Antoñito
ven aquí hijo amado,
escucha que tengo
que darte un recado.


Mientras tanto yo esté en misa
buen cuidado has de tener,
mira que los pajaritos
todo lo echan a perder.
Entran en el huerto,
comen el sembrado,
por eso te encargo,
que tengas cuidado.


Cuando se ausentó su padre
y a la iglesia se marchó,
Antonio quedó cuidando
y a los pájaros llamó.
Venid pajaritos,
no entrad en sembrado,
que mi padre ha dicho,
que tenga cuidado.


Por aquellas cercanías
ningún pájaro quedó,
porque todos acudieron
cuando Antonio los llamó.
Lleno de alegría
San Antonio estaba,
y los pajaritos
alegres cantaban.


Al ver venir a su padre
a todos les mandó callar
llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar.
Dime hijo amado,
qué tal Antoñito,
¿has cuidado bien
de los pajaritos?


Antonio le contestó,
padre no tenga cuidado,
que para que no hagan mal
todos los tengo encerrados.
Su padre al ver
milagro tan grande,
al señor Obispo
trató de avisarle.


Y acudió el señor Obispo
con todo acompañamiento,
quedando todos confusos
al ver tan grande portento.
Abrieron ventanas,
puertas a la par,
pa ver si las aves
se quieren marchar.

Antonio les dijo a todos,
señores nadie se alarme,
los pájaros no se marchan
hasta que yo no les mande.
Se puso en la puerta
y les dijo así,
¡vaya pajaritos!
ya podéis salir.


Salgan cigüeñas con orden,
águilas, grullas y garzas.
Avutardas, gavilanes,
lechuzas, mochuelos, grajas.
Salgan las urracas,
tórtolas, perdices
palomas, gorriones
y las codornices.


Salga el cuco y el milano
burlapastor y andarríos,
canarios y ruiseñores
tordos, bifaros y mirlos
Salgan verderones
y las cardelinas,
las cucurujadas
y las golondrinas.


Al instante que salieron
todas juntitas se ponen,
a escuchar a San Antonio
para ver lo que dispone.
Y Antonio les dijo
no entrad en sembrado,
marcharos por montes
ricos verdes prados.


Y al tiempo de alzar el vuelo,
cantan con dulce armonía,
despidiéndose de Antonio
y toda su compañía.
Antonio divino,
por tú intercesión
todos merezcamos
Eterna Mansión.


Anónimo


Este texto corresponde a la versión del romance cantada por el Nuevo Mester de Juglaría. La versión de Joaquín Díaz puede verse aquí.

Nuevo Mester de Juglaría

Joaquín Díaz


lunes, enero 09, 2023

Canción de la muerte



Débil mortal no te asuste
mi oscuridad ni mi nombre;
en mi seno encuentra el hombre
un término a su pesar.
Yo, compasiva, te ofrezco
lejos del mundo un asilo,
donde a mi sombra tranquilo
para siempre duerma en paz.

Isla yo soy del reposo
en medio el mar de la vida,
y el marinero allí olvida
la tormenta que pasó;
allí convidan al sueño
aguas puras sin murmullo,
allí se duerme al arrullo
de una brisa sin rumor.

Soy melancólico sauce
que su ramaje doliente
inclina sobre la frente
que arrugara el padecer,
y aduerme al hombre, y sus sienes
con fresco jugo rocía
mientras el ala sombría
bate el olvido sobre él.

Soy la virgen misteriosa
de los últimos amores,
y ofrezco un lecho de flores,
sin espina ni dolor,
y amante doy mi cariño
sin vanidad ni falsía;
no doy placer ni alegría,
más es eterno mi amor.

En mi la ciencia enmudece,
en mi concluye la duda
y árida, clara, desnuda,
enseño yo la verdad;
y de la vida y la muerte
al sabio muestro el arcano
cuando al fin abre mi mano
la puerta a la eternidad.

Ven y tu ardiente cabeza
entre mis manos reposa;
tu sueño, madre amorosa;
eterno regalaré;
ven y yace para siempre
en blanca cama mullida,
donde el silencio convida
al reposo y al no ser.

Deja que inquieten al hombre
que loco al mundo se lanza;
mentiras de la esperanza,
recuerdos del bien que huyó;
mentiras son sus amores,
mentiras son sus victorias,
y son mentiras sus glorias,
y mentira su ilusión.

Cierre mi mano piadosa
tus ojos al blanco sueño,
y empape suave beleño
tus lágrimas de dolor.
Yo calmaré tu quebranto
y tus dolientes gemidos,
apagando los latidos
de tu herido corazón.

José de Espronceda


Paco Ibáñez


Goya



La dulzura, el estupro,
la risa, la violencia,
la sonrisa, la sangre,
el cadalso, la feria.
Hay un diablo demente persiguiendo
a cuchillo la luz y las tinieblas.

De ti me guardo un ojo en el incendio.
A ti te dentelleo la cabeza.
Te hago crujir los húmeros. Te sorbo
el caracol que te hurga en una oreja.
A ti te entierro solamente
en el barro las piernas.
Una pierna.
Otra pierna.
Golpea.

¡Huir!
Pero quedarse para ver,
para morirse sin morir.
¡Oh luz de enfermería!
Ruedo tuerto de la alegría.
Aspavientos de la agonía.
Cuando todo se cae
y en adefesio España se desvae
y una escoba se aleja.
Volar.
El demonio, senos de vieja.
Y el torero,
Pedro Romero.
Y el desangrado en amarillo,
Pepe-Hillo.
Y el anverso
de la duquesa con reverso.
Y la Borbón esperpenticia
con su Borbón espertenticio.
Y la pericia
de la mano del Santo Oficio.
Y el escarmiento
del más espantajado
fusilamiento.
Y el repolludo
cardenal narigado,
narigudo.
Y la puesta de sol en la Pradera.
Y el embozado
con su chistera.
Y la gracia de la desgracia.
Y la desgracia de la gracia.
Y la poesía
de la pintura clara
y la sombría.
Y el mascarón
que se dispara
para
bailar en la procesión.

El mascarón, la muerte,
la Corte, la carencia,
el vómito, la ronda,
la hartura, el hambre negra,
el cornalón, el sueño,
la paz, la guerra.

¿De dónde vienes tú, gayumbo extraño, animal fino,
corniveleto,
rojo y zaíno?
¿De dónde vienes, funeral,
feto,
irreal
disparate real,
boceto,
alto
cobalto,
nube rosa,
arboleda,
seda umbrosa,
jubilosa
seda?

Duendecitos. Soplones.
Despacha, que despiertan.
El sí pronuncian y la mano alargan
al primero que llega.
Ya es hora.
¡Gaudeamus!
Buen viaje.
Sueño de la mentira.
Y un entierro
que verdaderamente amedrenta al paisaje.

Pintor.
En tu inmortalidad llore la Gracia
y sonría el Horror.

Rafael Alberti


Rafael Alberti


domingo, enero 08, 2023

Sonetos XCV y XCVI



Soneto XCV

Quiénes se amaron como nosotros? Busquemos
las antiguas cenizas del corazón quemado
y allí que caigan uno por uno nuestros besos
hasta que resucite la flor deshabitada.

Amemos el amor que consumió su fruto
y descendió a la tierra con rostro y poderío:
tú y yo somos la luz que continúa,
su inquebrantable espiga delicada.

Al amor sepultado por tanto tiempo frío,
por nieve y primavera, por olvido y otoño,
acerquemos la luz de una nueva manzana,

de la frescura abierta por una nueva herida,
como el amor antiguo que camina en silencio
por una eternidad de bocas enterradas.


Soneto XCVI

Pienso, esta época en que tú me amaste
se irá por otra azul sustituida,
será otra piel sobre los mismos huesos,
otros ojos verán la primavera.

Nadie de los que ataron esta hora,
de los que conversaron con el humo,
gobiernos, traficantes, transeúntes,
continuarán moviéndose en sus hilos.

Se irán los crueles dioses con anteojos,
los peludos carnívoros con libro,
los pulgones y los pipipasseyros.

Y cuando esté recién lavado el mundo
nacerán otros ojos en el agua
y crecerá sin lágrimas el trigo.

Pablo Neruda


Enrique Morente


sábado, enero 07, 2023

Los ojos de Picasso




A Jacqueline
que vive siempre dentro
de los ojos del monstruo.

El ojo humano, el ojo luz,
el ojo caos, el ojo universo,
el ojo eternidad...
VICENTE HUIDOBRO



Siempre es todo ojos.
No te quita ojos.
Se come las palabras con los ojos.
Es el siete ojos.
Es el cien mil ojos en dos ojos.
El gran mirón
como un botón marrón
y otro botón.
El ojo de la cerradura
por el que se ve la pintura.


El ándate con ojos
cuando te muerde con los ojos.
El ojo de la aguja
que solo ensarta cuando dibuja.
El que te clava con los ojos
en un abrir y cerrar de ojos.

El ojo avizor,
agresor,
abrasador,
inquisidor.
El ojo amor.
El ojo en vela,
centinela,
candela,
espuela,
el que se rebela y revela.

No pega los ojos.
No baja los ojos.
Te saca los ojos.
Te salta los ojos
y te deja manco
o te deja cojo.
Luego te compone
o te descompone.
La nariz te quita,
después te la pone,
luego te la quita
o te pone dos.

Ojo que te espeta,
que te desjarreta,
te agranda las tetas,
te achica las tetas,
te hace la puñeta,
te levanta el culo,
te deja sin culo,
te vuelve un alambre,
te ensarta en estambre,
te pega un diario,
te ve del revés,
todo dividido,
tundido, partido,
cosido, curtido,
roído, fluido.

Ojos animales,
letales,
mortales,
umbilicales.

Ojos cataclismo,
temblor,
terremoto,
maremoto,
abismo,
flor.

Ojos toro azul,
ojos negro toro,
ojos toro rojo.
Ojos.

Son el con y el sin,
son el sin y el con.
Con esto y sin esto,
traspuestos, opuestos,
denuestos, molestos,
el sumo y el resto.

El mundo tranquilo
pendía de un hilo.
Él le partió el hilo.
Y el desbarajuste
de la gran baraja
cortó con su filo
su pincel navaja.

Salta el mundo, vuela,
hecho añicos, canta,
relincha, arde en vela,
se espanta.

¡Afuera esos ojos!
¡Quítenme esos ojos!
¿Quién trajo esos ojos?
Yo quiero ser flor.
Pero soy un pez.
Yo quiero ser pez.
Pero soy manzana.
Quiero ser sirena.
Pero soy un gallo.
Quiero ser la noche
y soy la mañana.

Maten esos ojos,
virojos,
pintojos,
ojos trampantojos.

Aquí la matanza,
aquí la esperanza,
el fusilamiento,
el derrumbamiento,
la paz, la bonanza.

Ojo, que remonto plato.
Ojo, que salto hecho jarra.
Ojo, que giro paloma.
Ojo, que remonto cabra.

Vivan esos ojos.
Luz para esos ojos.
Líneas y colores
para esos dos ojos.

Todo el amor para esos ojos.
El cielo entero para esos ojos.
El mar entero para esos ojos.
La tierra entera para esos ojos.
La eternidad para esos ojos.

Rafael Alberti


Rafael Alberti




El pastorcico




Un pastorcico solo está penado,
ajeno de placer y de contento
y en su pastora ha puesto el pensamiento,
el pecho, del amor, muy lastimado.

No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido
aunque en el corazón está herido,
mas llora por pensar que está olvidado.

Que solo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho del amor muy lastimado.

Y dice el pastorcico: ¡Ay, desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia!
Y el pecho, por su amor muy lastimado.

Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol do abrió sus brazos bellos
y muerto se ha quedado asido dellos,
el pecho del amor muy lastimado.

San Juan de la Cruz


Paco Ibáñez


viernes, enero 06, 2023

Vencidos




Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Y ahora ociosa y abollada
va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero,
sin peto y sin espaldar.

Va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.

Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero
de retorno a su lugar.

¡Cuántas veces, Don Quijote,
por esa misma llanura,
en horas de desaliento
así te miro pasar!

¡Y cuántas veces te grito:
Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado,
hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!

Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame
a ser contigo pastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...

León Felipe


Joan Manuel Serrat


El caballero de la mano en el pecho




Este desconocido es un cristiano
de serio porte y negra vestidura,
donde brilla no más la empuñadura,
de su admirable estoque toledano.

Severa faz de palidez de lirio
surge de la golilla escarolada,
por la luz interior, iluminada,
de un macilento y religioso cirio.

Aunque sólo de Dios temores sabe,
porque el vitando hervor no le apasione
del mundano placer perecedero,

en un gesto piadoso, y noble, y grave,
la mano abierta sobre el pecho pone,
como una disciplina, el caballero.

Manuel Machado


Leo - Gran Canaria. (Ver en YouTube)


jueves, enero 05, 2023

De otro modo




La hoguera pone al campo de la tarde,
unas astas de ciervo enfurecido.
Todo el valle se tiende. Por sus lomos,
caracolea el vientecillo.

El aire cristaliza bajo el humo.
—Ojo de gato triste y amarillo—.
Yo en mis ojos, paseo por las ramas.
Las ramas se pasean por el río.

Llegan mis cosas esenciales.
Son estribillos de estribillos.
Entre los juncos y la baja tarde,
¡qué raro que me llame Federico!

Federico García Lorca


Sueño




Mayo de 1919


Mi corazón reposa junto a la fuente fría.

(Llénala con tus hilos,
araña del olvido).

El agua de la fuente su canción le decía.

(Llénala con tus hilos,
araña del olvido).

Mi corazón despierto sus amores decía.

(Araña del silencio,
téjele tu misterio).

El agua de la fuente lo escuchaba sombría.

(Araña del silencio,
téjele tu misterio).

Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.

(Manos blancas, lejanas,
detened a las aguas).

Y el agua se lo lleva cantando de alegría.

(¡Manos blancas, lejanas,
nada queda en las aguas!)

Federico García Lorca


Cartas




(Poema en el que Gelman narra la historia de un niño que no alcanzó a serlo, torturado en el vientre de la madre, pero que reaparece como un caballo capaz de derrotar al enemigo).

entre tus brazos y mis brazos ¿es como si hubiese
una tela de fuerzas contrarias perros célebres vientos una tela de amor donde
alguien avisa que las bestias estaban en algún lugar de la oscuridad
coceando sombras coceando impacientes o como ciegas

o ciegas de verdad o sin ojos? ¿o una tela
donde la camarada escribe “el día 20 de abril a las 20.05 nació
el chiquito que esperé cuidé defendí tanto tiempo contra” escribe
contra la oscuridad que está en algún lugar de las bestias contra

la oscura bestia la picana los golpes el vientre donde él
“que defendí tanto tiempo” escribe “con la colaboración de todas
ustedes mis compañeras y amigas” escribe y cuando el día 24 (lunes)
lo acostó por la noche y lo pasó a su cunita

“sus ojitos no se abrían ni lo harían jamás” escribe
actalectasia pulmonar hemorragias dijeron los médicos “los
golpes la picana la violación la cárcel de su madre” escribe
el niño “fue testigo y mártir de la causa y héroe” escribe? ¿o una tela de amor

donde tanto dolor ya durmió bastante y quiere
saber dónde están los caballos? ¿o demasiado
hemos hecho esperar a los ángeles? ¿hay
una lamparita que hizo esperar demasiado a los ángeles una lamparita humana suave?

¿hay caballos para derrotar al enemigo? el que vivió 5 días ¿no es
un caballo para derrotar al enemigo? ¿no convirtió sus
manitas en un caballo para derrotar al enemigo? ¿no está
galopando o corriendo ahora entre tus brazos y mis brazos amada?

¿no está acaso corriendo o galopando entre tus brazos y mis brazos ahora?
¿así tiemblan nuestros amores nuestras dichas?
¡oh noche que todo lo cubrís!
¿así chirrían los goznes oxidados de nuestra gracia?

Juan Gelman


miércoles, enero 04, 2023

Los adioses




Los adioses

Quisimos aprender la despedida
y rompimos la alianza
que juntaba al amigo con la amiga.
Y alzamos la distancia
entre las amistades divididas.

Para aprender a irnos, caminamos.
Fuimos dejando atrás las colinas, los valles,
los verdeantes prados.
Miramos su hermosura
pero no nos quedamos.

Nostalgia

Ahora estoy de regreso.
Llevé lo que la ola, para romperse, lleva
-sal, espuma y estruendo-,
y toqué con mis manos una criatura viva;
el silencio.

Heme aquí suspirando
como el que ama y se acuerda y está lejos.

Rosario Castellanos


Nada te turbe




Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia 
todo lo alcanza;

quien a Dios tiene
nada le falta.
¡Solo Dios basta!

...

Santa Teresa de Jesús