miércoles, noviembre 01, 2006

Un español habla de su tierra


Las playas, parameras
al rubio sol durmiendo,
los oteros, las vegas
en paz, a solas, lejos;

los castillos, ermitas,
cortijos y conventos,
la vida con la historia,
tan dulces al recuerdo.

Ellos, los vencedores
caínes sempiternos,
de todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.

Una mano divina
tu tierra alzó en mi cuerpo
y allí la voz dispuso
que hablase tu silencio.

Contigo solo estaba,
en ti sola creyendo;
pensar tu nombre ahora
envenena mis sueños.

Amargos son los días
de la vida, viviendo,
sólo una larga espera
a fuerza de recuerdos.

Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿qué ha de decir un muerto?

Luis Cernuda

Paco Ibáñez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una estupenda, y sensible, reflexión sobre el sufrimiento del exiliado y una magnífica interpretación la de Paco Ibañez.