domingo, abril 19, 2009

Parábola


"Más Él hablaba del templo de su cuerpo " San Juan, II:21.
"Y tomé el libro de las manos del ángel y me lo comí." Apocalipsis X: 9,10
Había un hombre que tenía una doctrina.
Una doctrina que llevaba en el pecho (junto al pecho, no dentro del pecho),
una doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.
Y la doctrina creció. Y tuvo que meterla en un arca, en un arca como la del Viejo Testamento.
Y el arca creció. Y tuvo que llevarla a una casa muy grande. Entonces nació el templo.
Y el templo creció. Y se comió al arca, al hombre y a la doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.
Luego vino otro hombre que dijo:
El que tenga una doctrina que se la coma, antes de que se la coma el templo;
que la vierta, que la disuelva en su sangre,
que la haga carne de su cuerpo...
y que su cuerpo sea
bolsillo, arca y templo.

León Felipe

Paco Ibáñez

1 comentario:

Claudieta dijo...

Las doctrinas son para predicar con el ejemplo.
Vale para cualquier doctrina, si la haces tuya es para vivirla.
No es cuestión de fe, sino una forma de vida.
Una maravilla, pasar por aquí. un beso