Versión A Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Érase un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egito, las doce Tribus de narices era. Érase un naricísimo infinito, muchísimo nariz, nariz tan fiera que en la cara de Anás fuera delito. |
Versión B Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara medio viva, érase un peje espada mal barbado. Era un reloj de sol mal encarado. érase un elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, un Ovidio Nasón mal narigado. Érase el espolón de una galera, érase una pirámide de Egito, las doce tribus de narices era; Érase un naricísimo infinito, frisón archinariz, caratulera, sabañón garrafal morado y frito. |
Francisco de Quevedo
José María Vilches
Jesús Márquez
2 comentarios:
Poesías muy particulares pero muy profundas me encantan
Me encanta
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