La poesía
es casi tan aburrida
como el rocanrol.
La prisa es mala, la ciencia es misa.
Escribo porque tengo calma,
que no es moco,
boli, papel y tiempo.
Tengo también las ganas
y el estómago lo suficientemente
vacío.
He tendido las camisas de fuerza en el jardín.
La poesía es lo de siempre.
Yo también tengo grilletes en los pies
y telarañas en los ojos
y bozal de mimbre
pero no escribo por deporte, ni por no estar, ni pornostar,
ni porque me importe el arte, ni por darte, ni por darme,
escribo por locura irrefrenable
porque no todo es ponerse.
No escribo por encargo ni de mí mismo.
La poesía es lo de siempre.
A veces todo lo que me rodea se torna enredadera
y los seres queridos son maniquíes haciéndome cosquillas.
La poesía es lo de nunca.
Hablar de hacer aquello que potencialmente es realizable,
la utopía equidistante,
fletar cien autobuses sin gente.
La vida es lo de siempre.
Hoy es un día diferente,
como todos los demás.
Iremos a bailar rocanrol a la plaza de un pueblo
en que nunca has estado,
como siempre.
Saben los que saben porque lo dicen los que no saben.
Si los que saben saben que saben, no saben.
¿Qué canciones pondrán hoy
en Rock FM?
No escribo para ser leído.
No leo para ser escritor.
Poeta
es aquel que,
a través de la palabra,
trata de comprender un mundo que no lo comprende a él,
aquel capaz de encontrar preguntas a todas las respuestas,
el que escucha a la luna
y ve a través de las rendijas de la mente.
Poeta no es este
o aquel.
Poeta es también quien ornamenta el verso.
Pues bien.
Tengo tanta tristeza taladrándome
que cabe en un paquete de tabaco
la infinitud de la felicidad.
La poesía no es ahora que está siendo escrita.
La poesía es ahora que está siendo leída.
La poesía, decía,
es casi tan aburrida como el rocanrol,
riff arriba, oxímoron abajo.
Suso Sudón
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