Después de haber cavado este barbecho,
me tomaré un descanso por la grama
y beberé del agua que en la rama
aumenta su frescura en mi provecho.
Me huele todo el cuerpo a recién hecho
por el jugoso fuego que lo inflama;
cunde la creación y se derrama
a mi mucha fatiga como un lecho.
Se tomará un descanso el hortelano
y aliviará sus penas, combatido
por el viento y el sol de un tiempo manso.
Y otra vez, inclinado cuerpo y mano
seguirá ante la tierra perseguido
por la sombra del último descanso.
Miguel Hernández
Buika. (Continúa con el soneto "Umbrío por la pena")
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