Este aire
estaba lleno de ti.
Cerré ventanas y puertas
para agotar su sustancia;
cargados de tu perfil
los ojos se me cerraban,
y las manos, de tu ausencia
vacías, se me llenaban.
Tacto se hicieron mis ojos
y silencio las palabras;
en el coral de mi sangre
la fiebre se desmayaba.
Marina Romero
Inés Fonseca
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