Valiente es aquel que siente miedo.
Valiente es quien enarbola
la verdad más dolorosa
hasta la cumbre final
y la diluye con el viento,
el de los ojos ardientes de libertad
que deforesta de cadenas
las miradas que atraviesa,
es aquel
capaz de reutilizar las lágrimas,
reciclar la rabia
y retomar el mando de la nave.
Valiente
es quien planta enredaderas
a los pies del grueso muro,
riega, observa, espera y trepa
sólo cuando la hora llega.
No se puede no ser valiente
Es valiente
quien se autorretrata sin retoque
para poder sanar las taras,
quien cabalga contra la estampida
de conformismo y parches,
de no conflicto y yugos,
de pusilánimes búfalos embistiendo
a la pureza que no saben alcanzar.
Sólo hay dos opciones.
Ser valiente es simplemente
ser fiel a uno mismo
a pesar de los pesares de quien sea,
atreverse a soltar lastres
que no te pertenezcan.
Ser valiente es movimiento,
acción activa, voluntad, anhelo,
ilusión, principios, horizonte, medios,
velas, remos en las manos, viento.
No se puede ser valiente
si no se tiene nada que perder.
Valiente es quien todo lo pierde,
se agarra a sus propias asas,
aprende que nada tiene
y todo lo gana.
No se puede no ser valiente
si tienes un antes, un después
y sobre todo un durante,
si estás sencillamente vivo.
No se puede no ser valiente:
sólo hay dos opciones.
Valiente es aquel que siente miedo,
no se paraliza y lo utiliza
como combustible del valor.
Valiente es aquel que siente miedo.
Suso Sudón
1 comentario:
Está muy bonito.
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