Todo, menos venir para acabarse
Todo, menos venir para acabarse.
Mejor rayo de luz que nunca cesa;
o gota de agua que se sube al cielo
y se devuelve al mar en las tormentas.
O ser aire que corra los espacios
en forma de huracán, o brisa fresca.
¡Todo, menos venir para acabarse
como se acaba, al fin, nuestra existencia!
¡Cómo galopa la sangre!
¡Cómo galopa la sangre!
¡Qué difícil detenerla
para que nos vaya al paso
cuando vive con tal fuerza!
Le he puesto duros bocados;
la he sujetado las riendas;
hay un viento que me puede
y la clava mil espuelas.
¡Yo no sé con este empuje,
yo no sé a dónde me lleva!
Concha Méndez
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