Lo más cómodo es
llorar desde Madrid
al que muere en Bolivia
(¡quién tuviera un fusil!)
Lo más cómodo es
no tener un fusil,
no luchar en Bolivia
y llorar en Madrid.
Lo más cómodo es
no luchar ni en Madrid,
llorar muertes lejanas
y soñar sin fusil.
Jesús López Pacheco
Adolfo Celdrán
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