Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín...
Rubén Darío
Paco Ibáñez
1 comentario:
Otra versión, blusera: http://www.goear.com/listen/34204c6/juventud-divino-tesoro-ciento-volando
Publicar un comentario