Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados,
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más a una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del rey que rabió me cuenten,
y ríase la gente.
Busque muy en hora buena,
el mercader nuevos soles;
yo, conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.
Luis de Góngora
Paco Ibáñez
5 comentarios:
Precioso,
¡también me río yo con éste!
Olmo.
Estaría bien poner cada verso en una línea.
Precioso
Perfecto para mis deberes de lengua
esta precioso lo estamos trabajando en clase de lengua.
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